No podía ser para menos. Ahora todo lo que huele a cristianismo es rechazado a priori. La Europa “institucional” contesta su historia e invita con sus actitudes, tantas veces acompañadas por presiones políticas y económicas, a que otros países de raigambre cristiano abdiquen también de ese pasado común.
Se descalifica a la fe cristiana por el sólo hecho de ser ella misma, y se evita mirar a ese legado de dos milenios de historia donde, objetivamente, el cristianismo, sus símbolos y sus tradiciones, impregnaron de olor, color y sentido la vida de tantas personas que hoy siguen profesando su creencia en el crucificado de la cruz.
La cruz es historia, la historia de la universidad nacida al cobijo del papado y de la Iglesia fundada por el crucificado de la cruz; es recordar que sin monjes-copistas la cultura greco-romana sencillamente se hubiera perdido.
La cruz es el vivo recuerdo que reivindica verdades como que sin el crucificado no hubieran sido posibles definiciones como la de igualdad entre todos los hombres (bastaría leer el versículo 28, capítulo tercero, de la carta de san Pablo a los Gálatas), persona (nacida de las disputas trinitarias y cristológicas de los Concilios), derechos humanos y derecho internacional (que debemos al fraile dominico Francisco de Vitoria, en el siglo XVI), o la configuración misma de la Unión Europea (debida a tres católicos convencidos: Schuman, De Gasperi y Adenauer).
De no ser por la cruz del crucificado que juntó naciones distintas para vencer a los turcos en Lepanto, quizá hoy estaríamos rezando a Alá pidiendo la libertad de pensamiento y auténticas democracias.
La cruz es también la historia de una pléyade de intelectuales cristianos que van desde san Anselmo, pasando por Pedro Lombardo, Tomás de Aquino, Hildegarda de Bingen, Roger Bacon, Marin Mersenne, René Descartes, Pascal, Nicolás de Cusa, Galileo, Jean Buridan, Mendel, Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel, hasta llegar Edith Stein, Karol Wojtyla, Jerónimo Leujene o Joseph Ratzinger.
La cruz, en fin, también abraza el legado recogido en insignias nacionales de países e instituciones (Noruega, Inglaterra, Finlandia, Suiza, por ejemplo, tienen una cruz en sus banderas; la Cruz Roja, la Cruz Verde, hospitales y farmacias usan una cruz como emblema).
¿Quién es capaz de explicar medianamente bien la literatura occidental sin Las Confesiones de san Agustín, sin la Divina Comedia de Dante o la Suma Teológica de santo Tomás de Aquino? ¿Quién podría entender sin el cristianismo el Cantar del Mío Cid, El Quijote de la Mancha o Los Miserables? ¿Y Lewis, Chesterton y Tolkien qué son si se les vacía de cristianismo? ¿Cómo gustar a Mozart y a Wagner, a Verdi y a Tchaikovsky, a Haendel y a Beethoven sin pensar en el crucificado de la cruz?
¿Qué sentido y explicación a El prendimiento de Cristo, de Giotto; al Llanto sobre Cristo muerto, de Mantegna; a La última cena, de Da Vinci; a la Deposición del Señor, de Rafael? ¿Qué decir sin el crucificado de la cruz para las Lamentaciones sobre Cristo muerto, de Alberto Durero; para El Cristo, de Velázquez; para La deposición del Señor, de Caravaggio; para el Cristo crucificado, de Goya; para la Crucifixión, de Emile Nolde; para la Flagelación, de David Alfaro Siqueiros; o para El Cristo de san Juan de la cruz, de Salvador Dalí?
Y en escultura, ¿cómo ilustrar La Piedad, de Miguel Ángel o el Cristo muerto, de Alberto Durero?
La cruz es geografía: geografía suavemente dibujada en las cruces esparcidas en las cúpulas de iglesias y catedrales que pueblan la tierra entera: templos hechos de fe, de amor y de misterio; templos que hablan de ese Dios al que están dedicados y que ya románicos, góticos, barrocos o renacentistas refieren la historia de un Cristo humano y a la vez divino; de un Dios cercano y al mismo tiempo inconmensurable.
No, no es la cruz, es el crucificado. El crucificado que nos sigue invitando a remar mar adentro, a remar contra corriente, a dar la vida por la verdad que en definitiva es dar la vida por Él.
Muchos no toleran la cruz, como los poseídos que no aguantan verla, porque es el símbolo de la victoria del amor sobre el odio, del mal sobre el bien, de la verdad sobre la mentira.
No, en Estrasburgo no rechazaron la cruz. Porque la cruz es mucho más que la unión de una barra horizontal y otra vertical adherida o colgada en un salón de escuela. Rechazaron al crucificado. Y podrán quitarlo de salones y lugares públicos pero está claro –y la historia lo enseña– no de ese pasado que lo proclama a viva voz y menos todavía de los corazones de millones de seres humanos que, ayer como hoy, daríamos la vida misma por Él.
No podrán borrar el cristianismo católico, aunque hagan miles de leyes.
ResponderEliminarLa Cruz es Símbolo universal de valores humanos.
Me da miedo esta nota ... porque así se domina los pueblos ...pero al mismo tiempo es un nuevo desafío para los cristianos , es un signo de los tiempos , es una señal magnífica de que cristo está morando vivo en muchos habitantes de nuestro planeta , lo han detectado ...somos silenciosos pero handescubierto de donde nos sale esta fuerza divina !!!!
ResponderEliminarTANTO ATAQUE A LA IGLESIA, CONFIRMA SU AUTENTICIDAD:"SERÉIS PERSEGUIDOS POR CAUSA DE MI NOMBRE". CRISTO "INCOMODA" A LOS HIJOS DE LAS TINIEBLAS, POR ELLO LO QUIEREN INTENTAR BORRAR, COMO EN LAS PERSECUCIONES DE LOS INICIOS DE LA IGLESIA. HEMOS POR ELLO DE DAR TESTIMONIO AUTÉNTICO CON NUESTRA CONGRUENCIA DE VIDA, Y NUESTRO DISTINTIVO HA DE SER LA CARIDAD Y VALENTÍA EN LA VERDAD DE CRISTO MISMO.
ResponderEliminarQUIEN VIVE? CRISTO. QUIEN VIVE? CRISTO. OH GLORIOSA CRUZ QUE SOSTUVISTE AL KIRIOS Y SOSTIENES AL HOMBRE DE CRISTO. GLORIA A TI CRUCIFICADO. AMEN.AMEN. AMEN
ResponderEliminarEs una falta de respeto, esto de quitar las cruces de las escuelas. El hombre, incluso el ateo, y esto se puede comprobar muy bien en América Latina, ni bien aparece un desastre natural, de inmediato se persigna. Esto pasa en los partidos de futbol. ES un simbolo muy que los llevamos en nosotros. No se podrá desaparecer facilmente.
ResponderEliminarde verdad que es una falta de respeto para quienes llevamos y nos sentimos aderidos a CRISTO JESUS,lo bueno de todo esto es que todos los que por una causa u otra han hecho lo imposible por borrar nuestro simbolo no podran lograrlo, primero desapareceran todos, mas nuestra cruz permanecera por siempre,y nada ni nadie nos la quitara de nuestro corazón;ya los veremos suplicando al Crucificado respeten nuestra creencia y no se metan mas con nuestra fe.
ResponderEliminarEn tiempos turbulentos, porque os perturbais? Es que habeis perdido la fé? Acordaos que Jesus nos dijo que siempre estará con nososotros. Tambien dijo que nada prevaleserá sobre su Iglesia que es la Santa Iglesia Catolica. Solo acordaos lo que pide El mismo: Orad y orad sin cesar, todo esto pasara y solo se necesitara FÉ
ResponderEliminarEs increible, nos hacen mirar en la calle, en la tv., en el cine...etc. imágenes inmorales,disfrazadas de "publicidad" o de un "era necesario para entender la trama"...y quieren quitar algo que nos hace más humanos, pero claro la Cruz incomoda a quien quiere vendernos el libertinaje....
ResponderEliminarUn familiar creyente y practicante me ha remitido a esta página, de cuya existencia no tenía noticia hasta la fecha. He leído el artículo y lo encuentro interesante, profundo y muy bien escrito.
ResponderEliminarBueno, me he dicho, ya que estoy aquí, voy a dejar mi comentario por si a alguien le puede interesar. Así que eso voy a hacer.
Soy ateo desde los 17 años y este próximo sábado cumpliré 51 si todo va bien. Son demasiados años de persistencia de unas ideas y de una creencia, como para pensar que se trata de un capricho filosófico, de una pataleta existencial o de un desengaño personal.
En todo caso quiero deciros que, sin creer en Dios, también se puede llevar una vida igualmente soportable, unos principios morales honestos y una conducta personal y social decentes y dogmáticas.
Si, después de todo, Dios existe, no creáis que no me alegraré de saberlo en este o en otro mundo. En caso contrario, la vida se vive una vez y no hay una necesidad perentoria de vivirla amargado.
Saludos y felicidades por vuestra página.
Buenísimo artículo que he compartido con más personas. Mis felicitaciones.
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