Después de ver este testimonio de amor a la vida, de humor, de comunicación, de unidad familiar y, sobre todo, de fe, también me vinieron a la mente unas palabras que dijo el Papa Benedicto XVI el pasado 8 de diciembre ante la Virgen Inmaculada: "Quiero rendir homenaje públicamente a todos los que en silencio, no con palabras sino con hechos, se esfuerzan por practicas la ley evangélica del amor, que hace avanzar al mundo. Son numerosos y raramente noticia. Hombres y mujeres de todas las edades que han entendido que de nada sirve condenar, quejarse o recriminar, sino que vale más responder al mal con el bien. Esto cambia las cosas; o mejor, cambia a las personas y, por consiguiente, mejora a la sociedad".
El Papa también recordó un punto fundamental que parece hacerse invitación para mirar con más fruto este video: "La Virgen María nos enseña a abrirnos a la acción de Dios, para mirar a los demás como Él los mira: partiendo del corazón. A mirarlos con misericordia, con amor, con ternura infinita, especialmente a los más solos, despreciados y explotados". Creo que por el tiempo en que nos encontramos, todas esas palabras no podían ser más atinadas al igual que este maravilloso hecho de vida.
Este hecho de vida me ha enseñado mucho, primeramente la importancia de la fe y la esperanza en Dios, que no se debe perder, el amor a Dios y al projimo, a dar gracias por todo lo que tengo y a aumentar los momentos de oracion.
ResponderEliminarEste matrimonio son un ejemplo de lo que se puede lograr con ORACIÓN FE Y AMOR.
ResponderEliminarExcelente mensaje.
Rosalinda
Excelente mensaje, todos debemos aprender a ver las cosas con ojos de amor, y comprender que la Gracia de Dios es capaz de hacer cosas increibles.
ResponderEliminarAnimo a todos!!!!
es un mensaje de mucho amor y mucha fé; y nos hace entender que lo escensial es invisible para los ojos, sólo se ve con el corazón. Lo que no se puede ver, ni tocar esa es la mejor riqueza y el hombre es verdaderamente rico cuando no siente la necesidad de tenerla.
ResponderEliminarCon el corazón Gerardo