
Miller da espacio a detractores y a quienes argumentan a favor de la religión como asignatura en la universidad, concretamente en la de Harvard (nacida en contexto cristiano y hoy secularizada), si bien la pregunta del subtítulo se puede extender a las universidades de todo el mundo.
Más allá de las posturas reflejadas en el artículo, es interesante destacar uno de los puntos ahí recogidos: los universitarios y profesionistas cada vez saben menos de religión.
Podría pensarse que es algo sin trascendencia, pero el hecho es que en una época donde se predica tanto la tolerancia, en buena medida ésta viene alimentada de la ignorancia que hay sobre temas religiosos.
Considerando, además, que la religión es fuente de cultura, que la ha permeado y le ha dado forma (a decir verdad con matices diversos en oriente y en occidente), es significativo que muchos ya no conozcan el origen de expresiones, festividades, palabras, valoración del arte sacro, la aportación de la religión a la ciencia, etc.
El artículo de Miller da un paso más al señalar sutilmente que sin conocimiento de la religión no es posible un diálogo con la gente religiosa: ¿cómo se les puede comprender si no se les conoce, si no sabe qué piensan y por qué lo piensan así? Desde luego –y esta es reflexión mía– que más allá del estigma de conservadores, radicales o totalitarios, las personas religiosas poseen motivos racionales de fondo pero muchas veces se desconocen porque se diluyen en el estigma gratuito de los eslóganes construidos que evitan pensar.
Estimado Padre Jorge Mujica, ciertamente el diáologo con las personas religiosas se debe dar con una apertura hacia lo sobrenatural, sin embargo en el caso de la Iglesia católica, a veces veo con tristeza que existe una gran confusión sobre las bases de donde parte ese diálogo en órdenes de gran tradición, lo que nos deja a los seglares con argumentos muy frágiles para defender las propuestas religiosas.
ResponderEliminarMe podría dar algunos ejemplos de estos esloganes construidos que evitan pensar.
Un saludo cordial.
Estimado anónimo (el del primero comentario a la entrada sobre Harvard...): ante todo gracias por el comentario.
ResponderEliminarSobre la primera parte, es verdad que algunos olvidan la base sobre la que trabajamos y sobre la que partimos o debemos partir en el diálogo con todos: siempre debe ser la verdad y el bien y, en este sentido, nos ayuda siempre mucho la misma ley natural para no apelar a argumentos religiosos. De lo natural es más fácil dar el paso a lo sobrenatural.
Sobre lo segundo, los eslóganes son esos de la inquisición, que la iglesia impide el avance científico, que es totalitaria, que es conservadora, que se opone sólo por oponerse. etc.