sábado, 1 de mayo de 2010

Carta abierta de un Legionario de Cristo a su superior general

¡Venga tu Reino!

30 de abril de 2010

Muy estimado en Cristo, padre Álvaro:

Como tantas otras cartas que le he escrito en el pasado, ésta también pudo haber sido de carácter estrictamente privado. Sin embargo, deseaba hacer pública mi cercanía espiritual y, de un modo muy especial, mi gratitud por todo lo que ha supuesto este periodo en la historia de nuestra familia religiosa especialmente para usted.

Me mueve a ello el ser testigo directo de todo lo que usted y los demás superiores han hecho y siguen haciendo por nosotros y por tantas otras personas, no sólo para transmitirnos con claridad y caridad los hechos tristes y siempre reprobables en la vida del fundador, sino también para acompañarnos y motivarnos para ser fieles al llamado recibido de Dios nuestro Señor.

En los meses anteriores usted ha respondido a mis correos electrónicos, a mi correspondencia epistolar, a mis preguntas personales, e incluso tuvo el noble detalle de llamarme por teléfono para preguntarme cómo estaba. No somos pocos en la Legión de Cristo y tampoco son pocos sus compromisos. Pero quiso llamarme, ha querido responderme y salir al encuentro. Yo he sido testigo de ello y le agradezco infinitamente.

En el último año y medio se han manejado todo tipo de versiones respecto a la Legión de Cristo y ahora mismo se proyectan otra gran cantidad de cavilaciones sobre nuestro futuro. Sólo el Señor sabe cuánto sufrimiento ha habido también en nuestras almas, en nuestros corazones, y cuánta soledad humana, aunque siempre con la compañía de Jesucristo, que es al único que necesitamos para seguir adelante. Gracias a Dios, estamos en Sus manos, por medio de su Vicario, y eso es lo que nos da paz. Las palabras del Papa hacia la Legión han sido y siguen siendo una motivación para asirnos todavía más a la “roca de Pedro”. Qué significativa ha sido la presidencia del Santo Padre en las recientes reuniones de los visitadores en el Vaticano, más cuando no estaba prevista. La presencia de Benedicto XVI pone de manifiesto el vivo interés del Papa hacia nosotros.

No le puedo ocultar que en algún momento (ya superado) el coraje inundaba el corazón porque muchas de las palabras que escribían o decían algunos periodistas y otras personas no reflejaban la verdad acerca de la realidad que, al menos yo, he podido constatar personalmente dentro de la Legión de Cristo.

Me causaban especial tristeza las acusaciones contra su persona, contra algunos cardenales, incluso contra el Papa, y la construcción de otras leyendas como nuestro supuesto patrimonio multimillonario, entre tantas otras cosas. Era penoso no encontrar en todas esas afirmaciones más pruebas que las suposiciones, los juicios de valor, el “decir que otros dicen”, la facilidad al prejuicio, a la descalificación y al estigmatizar a personas por el sólo hecho de estar cercanos a la Legión de Cristo, tanto eclesiásticos como familias con derecho a la honra, pero sin pruebas contundentes que avalaran las afirmaciones. Parecía que el prejuicio negativo fuera la regla válida y aceptada si se trataba de nuestra congregación.

Con el pasar de los meses ese coraje se ha convertido en oportunidad para la oración. Es en el Sagrario donde Dios da las respuesta y nos da su fuerza para mirar el futuro con esperanza, no en la prensa.

Hace poco leía el libro el “El don de la paz”, del cardenal Joseph Bernardin. Tras leerlo, he sentido compasión por todos esos periodistas que necesitan hacer carrera a costa de titulares y noticias, o a los que el devenir de la información –y en algunos casos también la deficiente formación– arrastra a construir historias y a dar por ciertas las propias fantasías que, hechas hacia otros grupos humanos, les podía haber arrojado una demanda judicial por perjurio, calumnia, agravio y difamación. Ahora rezo por ellos pues son almas que el Señor quiere que vayan al cielo. Algunos, además, aman verdaderamente a la Iglesia y quieren también nuestro bien. A no pocos los conozco por el trabajo apostólico que un servidor realiza en diversos medios de comunicación y les agradezco tanto su amistad y cercanía; tanto ellos como otros no conocen todo el contexto en el que se desarrollaron muchos de los hechos ahora conocidos, el itinerario de vida de usted y otros sacerdotes ejemplares, ni las circunstancias vividas dentro de la Legión antes y ahora.

He pensado en todas esas personas que sufren por lo que la Legión de Cristo en particular, y la Iglesia en general, están afrontando. Como lo ha expresado el Papa en su carta a los irlandeses, merecen todo nuestro respeto, cercanía y, especialmente, nuestro testimonio de fidelidad y santidad. Pienso en las víctimas de los abusos de Marcial Maciel y en otras víctimas de otros clérigos. Sólo puedo ofrecerles mi oración sincera y mi cercanía de hermano en la fe. Sufrimos con ellos porque somos parte del mismo cuerpo místico de Cristo.

Y también pienso en mis hermanos legionarios, en las señoritas consagradas y en todos esos seminaristas, religiosos, religiosas y sacerdotes a los que hoy se les denigra por el sólo hecho de ser aquello que son. Precisamente en el contexto del año sacerdotal.

Cuánto me han ayudado esas palabras de aliento que el Papa redactó en su carta a los irlandeses y cuya validez y resonancia es universal porque nos llega y toca tanto a quienes hemos sufrido pero queremos seguir respondiendo a Dios, a la Iglesia, a cada alma encomendada con nuestra fidelidad:

“Todos nosotros estamos sufriendo las consecuencias de los pecados de nuestros hermanos que han traicionado una obligación sagrada (…). A la luz del escándalo y la indignación que estos hechos han causado, no sólo entre los fieles laicos, sino también entre vosotros y vuestras comunidades religiosas, muchos os sentís desanimados e incluso abandonados. Soy también consciente de que a los ojos de algunos aparecéis tachados de culpables por asociación, y de que os consideran como si fuerais de alguna forma responsable de los delitos de los demás. En este tiempo de sufrimiento, quiero dar acto de vuestra dedicación cómo sacerdotes y religiosos y de vuestro apostolado, y os invito a reafirmar vuestra fe en Cristo, vuestro amor por su Iglesia y vuestra confianza en las promesas evangélicas de la redención, el perdón y la renovación interior. De esta manera, podréis demostrar a todos que donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (cf. Rm 5, 20)”.

“(…) Por encima de todo, os pido que seáis cada vez más claramente hombres y mujeres de oración, que siguen con valentía el camino de la conversión, la purificación y la reconciliación. De esta manera, la Iglesia (…) cobrará nueva vida y vitalidad gracias a vuestro testimonio del poder redentor de Dios que se hace visible en vuestras vidas”.

Soy Legionario de Cristo desde hace 9 años. Estoy orgulloso de serlo, de que el Señor me haya llamado a esta familia religiosa donde yo aprendí a amarlo a Él, a su Iglesia, a las almas, a cada alma. Soy un milagro de Dios porque cada vocación lo es.

Una vez más, padre Álvaro, gracias por enseñarnos que con humildad y caridad podemos mirar con fe y esperanza el futuro. Usted repite frecuentemente aquel lema pontificio de Juan XXIII “Obediencia y paz”. Y ya estamos viviendo esa paz porque vivimos en obediencia a lo que el Señor nos está pidiendo en estos momentos de nuestra historia. Así, el futuro no es incierto porque sabemos de antemano que acogeremos con amor lo que Dios nos diga a través del Papa. ¿Y puede haber mayor paz que la de caminar al paso de la Iglesia, de la mano del Vicario de Cristo?

La oración colecta del día de hoy decía: “Señor nuestro, que nos has dado la libertad y la salvación por medio de la sangre de tu hijo, concédenos vivir siempre para ti, y en ti encontraremos la felicidad eterna”. Justo hoy el Señor nos recuerda para quién vivimos y cómo, en la medida que vivimos para Él, seremos felices, como de hecho ya lo somos tantos a los que Dios nos ha llamado, encontrado y recibimos ejemplos luminosos de vida sacerdotal como el suyo. Le pido su bendición y cuente siempre con mis oraciones.

Afectísimo en Jesucristo:

Jorge Enrique Mújica, LC
***
Esta carta abierta no tienen ningún afán polémico y la única finalidad es la del apoyo personal a quien es en este momento mi superior general.
  1. Judith Martínez1 de mayo de 2010, 10:39

    Estimado en Cristo P. Mujica,L.C.

    No sabe que bien me ha hecho su carta, pues como usted desde mi humilde lugar aprendi a amar a Cristo a trves del MRC , fué el instrumento para yo encontrar la respuesta a cual es mi misión, y para lo que fui creada, tambien agradezco a cada uno de los Sacerdotes Legionarios y Consagradas, por su generosidad, por su vocación pues sin ustedes que sería de nosotros? de que manera podriamos llegar a esa santidad que Dios nos pide? que vacios viviriamos.
    En estos momentos mi tristeza no es por lo que digan del P. Maciel, mi tristeza es por la manera en que es atacada mi amada iglesia, mis queridos sacerdotes y consagradas y quiero compartirle que tengo 3 maravillosos hijos (27, 15 y 10años), y sabe Padre? ellos ni se inmutan ante las agresiones de que son objeto, por el contrario, estran orgullosos de ser parte de esta familia, de ser misioneros, admirando la labor que hacen los Legionarios, participando y colaborando en lo que Dios nos pide, hoy mas que nunca nos decimos catolicos, nos decimos miembros del Regnum Cristhy, nos decimos misioneros, es ahora cuando debemos probar quienes somos, y como usted bien dice con obediencia, gracias por sus palabras no sabe cuanta alegria dan a mi corazón, que Dios los bendiga

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  2. Estimado en Cristo, Padre Mújica LC,

    ¡Gracias por abrirnos su corazón!

    Estamos unidos en la oración, en la caridad, en este llamado de Cristo a su familia legionaria.

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  3. Estimado en Cristo P. Mùjica:

    Gracias Padre por esta carta, gracias por aceptar este regalo de Dios, que es su vocaciòn, Mi familia bendito sea Dios se ha formado gracias a los Legionarios de Cristo y al movimiento, me siento agradecida con Dios y con la Virgen por habernos llamado por este medio a conocerlo y amarlo, somos orgullosamente parte de esta familia, oramos porque Dios les de fortaleza, sobre todo al Padre Alvaro y los superiores que con el cargan en este momento todo el peso de la Cruz, pero no estàn solos Dios y la Virgen estan con ellos y todos nosotros con nuestras humildes oraciones.
    Con mucho cariño famia Vargas Tapia

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  4. NO PASA UN SOLO DIA EN EL QUE DIOS NUESTRO SEÑOR NOS MUESTRE SU ROSTRO AMOROSO.
    ASI VEO, P. MUJICA, LA CARTA AL P. ALVARO; COMO UNA MUESTRA MAS DEL AMOR DE DIOS. AMOR QUE SE MANIFIESTA EN LAS PERSONAS A NUESTRO ALREDEDOR.
    GRACIAS.

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  5. ¡Venga tu Reino!

    Muy estimado en Cristo P. Mújica L.C.

    Gracias por su carta, por sus palabras, Pilar Lorandi.

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  6. Estimado en Cristo, Padre Mújica:
    Somos muchos, realmente muchos los que compartimos estos sentimientos, creo que ha llegado el momento de la prueba, y sobre todo de confirmar una de nuestras oraciones que como Leginoario a diario decimos: "...renuevo en tu presencia mi adhesión incodicional a tu vicario en la tierra el Papa. En él tu has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego. creo firmemente que por medio de Él tu nos gobiernas enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia, una santa católica y apostólica......

    Un fraternal abrazo
    Carlos Felix Gaxiola
    Hermosillo, Son. Mexico
    carlosfelixg@hotmail.com

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  7. ¡Venga tu Reino!

    Muy estimado en CristoP. Mújica.

    Gracias por compartirnos sus sentimientos con nosotros los miembros del Regnum Christi, creo que todos de alguna manera en estos momentos de dificultad y de dolor hemos sentido la necesidad de externarles nuestro apoyo , gratitud y cariño a todos ustedes nuestros queridos Leginarios de Cristo, así como a nuestras queridas Señoritas Consagradas, todos los días están en mis oraciones y le doy gracias a Dios de haberme llamado al Movimiento, por haber puesto a los Legionarios de Cristo en mi camino, que me han enseñado a amar a Cristo y a la Vírgen, que han transformado mi vida, muchas gracias por el gran testimonio que dan de obedicencia de fidelidad y espíritu de lucha. Que Dios los siga llenando de bendiciones. Laura Saavedra, Aguascalientes, México. lauperezsalas@yahoo.com.mx

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  8. VENGA TU REINO!
    Muy estimado en Cristo, P. Mújica:
    Soy asidua lectora de su blog, lo felicito. Me uno a esta carta que hoy dirige al P. Álvaro nuestro Director General, y la hago extensiva a todos los Sacerdotes Legionarios que nos han formado humana y espiritualmente en el amor y servicio a los hombres, a la Santa Madre Iglesia y a Dios.Mi oración por usted, por la Legión y las Señoritas Consagradas.
    Ma. Concepción Rdz. de González

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  9. Estimado P. Mújica:
    Le aseguro que somos miles los que compartimos con ustedes los sentimientos expresados en su carta al P. Alvaro. Tengan la seguridad de que para todos los sacerdotes Legionarios, consagradas y consagrados siempre habrá un eterno agradecimiento y nuestras oraciones. Nuestras vidas no serían lo mismo si la Legión y quienes forman y han formado parte de este engranaje que tanto bien ha hecho.
    Muchas gracias y cuenten con nuestras oraciones, apoyo y cariño.

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  10. ¡VENGA TU REINO!
    ESTIMADO EN CRISTO P. MÚJICA,
    GRACIAS POR COMPARTIR SUS SENTIMIENTOS Y AGRADECIMIENTO.
    ME SIENTO ORGULLOSA DE PERTENECER AL MRC Y DE PODER DAR UN POCO DE LO MUCHO QUE NUESTRO SEÑOR ME HA REGALADO PARA ACERCAR CADA DÍA A MAS ALMAS A LA IGLESIA.
    SON LOS TESTIMONIOS COMO EL SUYO Y COMO EL DE TANTOS SACERDOTES LEGIONARIOS Y SEÑORITAS CONSAGRADAS LOS QUE ME NUTREN Y ME DAN FUERZAS PARA SEGUIR LUCHANDO POR SER MEJOR CATÓLICA Y ENCONTRAR LA FELICIDAD ETERNA VIVIENDO SIEMPRE PARA NUESTRO SEÑOR.
    VERONICA RIVAS
    MEXICO DF

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  11. ¡V.T.R.!
    Estimado P. Jorge:

    En muy pocas palabaras lo que yo pienso y les dije a mi comunidad de Legionarios en Torreón:
    "Dios Nuestro Señor no puede echar al traste una cosecha tan grande, son demasiados hijos de María que trabajan fielmente en la obra encomendada por su hijo Jesucristo"
    ¡Felicidades!

    Me recuerda... el Cursillo de Chipinque "Evangelizando la Cultura"

    Un Gran saludo y todo mi respeto y admiración.

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  12. Ya lo he comentado en otros foros con estos o parecidos términos. La Legión de Cristo y todo su entorno es un gran tesoro de la Iglesia que todos los católicos debemos conservar y fomentar. La gran preparación intelectual y espiritual de los padres legionarios y de los novicios, la ilusión que ponen en su cometido, la fe que manifiestan en todas sus actividades apostólicas, la caridad con que viven en la Iglesia, etc; todo ello es un gran patrimonio de la Iglesia.

    "Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra" (Juan 8). Todo este capítulo del evangelio de San Juan es altamente ilustrativo.

    Necesitamos toda la fe, toda la esperanza y toda la caridad que sea posible para poder empezar a entender que los caminos de Dios no son los caminos nuestros, que los tiempos de Dios no son los tiempos de los hombres.

    Rezo por todas las victimas de aquellos que escandalizan a los pequeños (todos somos pequeños ante Dios), especialmente por las víctimas de aquellos que estaban llamados a ejercer de un modo particularmente intenso el misterio de la Caridad.

    Rezo por todos los pecadores, esclavos de su pecado. Para que el Señor les muestre la Verdad que los haga libres.

    Rezo , especialmente en estos momentos, por todos los padres legionarios para que, mediante la Gracia, perseveren en su vocación y la intensifiquen.

    Rezo por el Santo Padre, Benedicto XVI, para que el Señor le ilumine en sus decisiones y nos quie a todos los hombres por el camino de la Caridad hacia la Verdad Eterna.

    Laus Deo.


    Carlos

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  13. Padre muchas gracias por su carta, soy una madre de familia que ama profundamente a la Legion de Cristo y al Regnum Christi, sin la ayuda espiritual, humana e intelectual que he recibido de parte de los miembros del movimiento no sería nada... Sigan recibiendo mis oraciones y sacrificios y recuerden que necesitamos de ustedes los queremos en Cristo....

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  14. Estimado Padre:

    Mi esposa, 2 hijos y yo somos miembros del RC, no hemos encontrado mayor bendición en esta vida que el que Dios pusiera en nuestro camino a la Legión que trabaja en cada instante para dar gloria a nuestro Señor y dar ayuda a infinidad de personas a través de todos los Apostolados.

    Ni un solo instante hemos dudado de nuestro amor a Cristo y al movimiento, sabemos que todo esto no es mas que un pretexto para atacar a nuestra Santa Iglesia y a nuestro guia el Papa y asi seguiran, pero, nunca podran acabarla porque la Legión es una obra de Dios.

    Oremos cada día por el Papa, por todos los Sacerdotes Legionarios para que cada dia se multipliquen, por los Consagrados y Consagradas, por los Apostolados y por todos los miembros del movimiento que tanto bien hacen.

    Luis Montejano

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  15. Padre Mújica no lo conozco pero no me sorprende su carta, yo también fui Legionario, y al demonio hay que cortarlo de raíz, sin contemplaciones, todos en mayor o menor medida somos culpables, porque fuimos parte del engaño mayúsculo de un delincuente como lo nombra el Santo Padre, somos culpables por dejarnos llevar y víctimas al mismo tiempo, tal vez un mal entendido amor a nosostros mismos nos llevó a aceptarlo todo sin rechistar, ¿y la dignidad? ¿y el ser únicos e irrepetibles? ¿y el amor personalizado de Dios? Yo estuve cerca del Maciel y me siento culpable por no haber visto nada, por no haber podido denunciar, por la omisión de mis actos ante tal arbitrariedad y delincuencia. Las palabras P. Mújica con todo respeto se las lleva el viento, lo único que queda es lo que hayamos hecho por nuestros hermanos. ¿Le suena? Pues dejemos la palabrería y hagamos algo por nuestros hermanos y lo mejor que podemos hacer es ser auténticos. No critique tanto a los que hablan de estos hechos, al fin y al cabo hacen más que otros que se callan pudiendo evitar sufrimientos y vejaciones físicas y espirituales-

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  16. ¡V.T.R.!
    Muy estimado en Cristo P. Mújica:
    Gracias por compartir con nosotros desde la intimidad de su alma y su corazón, tan hermosa y significativa carta dirigida al P. Álvaro Corcuera en estos momentos tan difíciles y dolorosos para él; para la Legión, para todos los miembros del Regnum Christi, y para nuestra amada Iglesia. Me uno profundamente a ustedes todos, en estos momentos de dolor y prueba innegables, nuestra fidelidad y entrega a la misión para la cual hemos sido llamados por Cristo, a través de éste don maravilloso, queda en prenda; mis humildes oraciones y mi eterna gratitud les acompañarán siempre, al igual que mi fraternal cariño, mi admiración y el gran respeto que siempre he sentido por ustedes. Perseverar es el camino, amar y perdonar nuestro viático. Dios nos ha elegido para acompañarle en Su barca "ahora" cuando la tormenta arrecia y nos golpea sin piedad; creo firmemente que somos privilegiados al poder compartir con ustedes la bendición de ser probados en la fe, de poder cargar la cruz con amor y dignidad junto a cada uno, de poder pasar por el crisol con Cristo en nuestro corazón, de la mano de la Legión, del R.C., y de muchas almas que han sabido ver la luz en medio de las horas tristes y oscuras. Que nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, nos mantengan siempre unidos y fuertemente adheridos al deseo inquebrantable de conquistar la santidad que Cristo, desde la eternidad, ha soñado para nosotros. Le reitero mi solidaridad y gratitud expresada a Dios en mis oraciones por su fidelidad y su perseverancia final. Afectísima en Jesucristo. Anabella.
    ansagui1410@yahoo.com

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  17. ¡Venga tu Reino!

    Muy estimado en Cristo:

    Muchas gracias por subir esta carta que nos da aliento a todos los LC y miembros del RC. 'Todos sabemos que esta es una obra de Dios, sino hubiera sido "literalmente" imposible que diera tantos frutos. Le agradezco de nuevo y que Dios le bendiga.

    Miembro RC

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  18. Cynthia Benassini9 de mayo de 2010, 13:21

    Los encomiendo mucho a mis oraciones.
    Me encontre esta reflexión y tal vez les sirva en estos momentos de prueba:

    San Cipriano (hacia 200- 258), obispo de Cartago y mártir
    Carta 56


    «No sois del mundo, sino que yo os he escogida sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia»


    El Señor ha querido que nos alegremos, que saltemos de gozo cuando somos perseguidos (Mt 5,12), porque cuando vienen las persecuciones, es cuando recibimos las coronas de la fe (St 1,12); es entonces que los soldados de Cristo hacen su prueba, es entonces que los cielos se abren a sus testigos. No nos comprometemos a luchar en la milicia de Dios para pensar sólo en una vida tranquila, para escaparnos del servicio, siendo así que el Señor de la humildad, de la paciencia y del sufrimiento, él mismo, antes que nosotros, se ha entregado a este mismo servicio. Empezó por cumplir lo que después enseñó, y si nos exhorta a mantenernos fieles, es que él lo ha sufrido en sí mismo antes y por nosotros.

    Para participar en las competiciones del estadio, antes uno se ejercita, se entrena, y se siente muy honrado si, a los ojos de la multitud, tiene la dicha de recibir el premio. Mas ahí tenéis una prueba de otra manera noble y brillante en la que Dios nos aguarda, a nosotros sus hijos, al combate y en la que él mismo nos da una corona celestial (1C 9,25). También nos miran los ángeles y el mismo Cristo nos ayuda. Armémonos, pues, con todas nuestras fuerzas; combatamos bien y con un alma valiente y una fe entera.

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  19. Simplemente como católica y como conocedora de muchas buenas personas de Regnunm Christi, un abrazo y mis oraciones. Es un proceso de purificación extraordinariamente duro el que están pasando y seguro que el Señor tiene pensado recompensarles con una también extraordinaria generosidad. La verdad es siempre un bien y conocer la verdad es un don de Dios. Es como el diagnóstico y la cirugía de una enfermedad: vendrán grandes bienes.

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  20. HOLA PADRE:

    LO QUE LE PUEDO APORTAR ES QUE AHI EN LC. HE CONOCIDO VERDADERAMENTE A CRISTO Y RECIBIDO MUCHO AMOR, Y UNA FORMACION A MI FE.
    SE QUE ES UN MOVIMIENTO HECHO POR CRISTO.
    ES UNA GRACIA QUE DIOS NOS HA DADO.
    ANIMO Y ADELANTE ESTAMOS EN ORACION CON USTEDES

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  21. Una Carta muy bella, muchos no somos Legionarios, estamos con ustedes y los juicios son siempre condenatorios, sin valorar que esta es una gran obra, y que es de DIOS, la falla de un hombre en primera instancia no es la falla de la Iglesia, ni muchos menos de una comunidad Cristina tan importante como los Leginarios de Cristo si el fundador que en Paz descance cometio estos grandes pacados, El esta solo ante el trono de DIOS y nosotros como hombres de esta iglesia, peregrina y sufriente solo nos queda la oracion la caridad para con todos , nadie sabe cuanto dolor y cuanta confusion tenia la mente de el P Maciel, que la misericordia de DIOS le perdone. Que en paz descance.

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  22. P. Jorge Enrique Mújica, LC

    Un saludo en Cristo y le agradezco la carta que nos comparte. Creo que en estos momentos lo que nos queda es mirar hacia adelante confiando en Jesucristo y en la Sma. Virgen, ya que la vocación la da DIOS, no los hombres y Él es quien nos pedirá cuenta de cada acto. A nosotros no nos toca juzgar a nadie, podremos reprobar las acciones de otros pero no juzgarlas, nuestra misión es hacer el bien.

    Durante muchos años recibí la formación de excelentes Legionarios: P. Herminio Morelos, Rafael Arumí, P. Álvaro Corcuera, P. Javier García, etc… y de cada sacerdote tengo solo palabras de agradecimiento por lo que de mi parte pido por la Legión y en especial por el P. Álvaro a quien le ha tocado una prueba muy difícil, pero la gracia de Dios nunca lo abandonará.

    P. Mujica, que Dios lo bendiga y siga escribiendo ya que Dios le dio ese talento y en lo personal me ha hecho mucho bien.

    Anónimo.

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