Vía Religión en Libertad, donde tengo un blog distinto a éste, conocí la historia de Emma Watson, una niña de 7 años que espera un donante de corazón para poder seguir viviendo, pues nació con una malformación cardiaca.
Emma es ya en sí un milagro: a su madre biológica le propusieron que la abortará, pero no lo hizo. Además, a la pequeña Emma le han realizado ya cinco operaciones a corazón abierto, pero ella y sus padre adoptivos tienen fe y saben que los milagros sí existen. Por lo pronto Dios ya la consintió regalándole el ser recibida por el Papa Benedicto XVI, un sueño para ella.
Emma es ya en sí un milagro: a su madre biológica le propusieron que la abortará, pero no lo hizo. Además, a la pequeña Emma le han realizado ya cinco operaciones a corazón abierto, pero ella y sus padre adoptivos tienen fe y saben que los milagros sí existen. Por lo pronto Dios ya la consintió regalándole el ser recibida por el Papa Benedicto XVI, un sueño para ella.
Yo estuve "enfadado" con la Virgen María porque le pedí, como una gracia espcial en varias peregrinaciones a su casita en Loreto y en Nazaret, que me concediera poder conocer y saludar al Papa Juan Pablo II, pero pasaron los años, el Pontífice murió y no se me concedió. Viendo el testimonio de esta niña y su familia, ahora comprendo que yo no merecía ni de lejos semejante gracia. Emma Watson sí merece haber conocido al Papa, sin duda alguna. Dios quiera que se restablezca totalmente su salud.
ResponderEliminarJose, Valencia, España