sábado, 27 de noviembre de 2010

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Ciertamente, es un interesante documental, y debería difundirse más información de este tipo, y menos triunfalismo ciéntífico al precio que sea... Y no me opongo a la ciencia en absoluto: todo lo que sea tratamientos de fertilidad -o psicológico, a veces sólo son problemas de estrés o depresión-, sean bienvenidos. La inseminación artificial, es un tema de conciencia, cada cual es mayorcito y sabe lo que se hace... A mí no se me ocurriría meter a una tercera persona en la cama, y discúlpeseme la expresión soez, pero yo lo veo así...
ResponderEliminarEn cambio, la fecundación in vitro es un asunto de derechos humanos: somos individuos irrepetibles, no somos cosas para que nos implanten donde a alguien le venga en gana, ni material genético disponible para experimentar o lo que se tercie... Se trata, además de una falta de respeto a la vida y a la naturaleza -éso que hoy en día está tan en boga, a ver cuándo se respeta la ecología humana-, una puerta a bierta a todo tipo de catástrofes sociales... ¿Se ha parado alguien a pensar el riesgo de incesto biológico, al ser anónimo el donante de esperma, y posible padre de cientos de hijos? ¿Y la sensación de horfandad biológica? ¿Quién es mi madre biológica, mi madre donante o la madre que me parió -perdón otra vez por frivolizar-? Hijos a la carta, ¿y qué sera lo próximo? ¿Clasificarnos por castas, como en la inquietante novela de Huxley -quien, por cierto, no era precisamente admirador de la cristiandad-?
Como no se han visto aún las graves consecuencias y desorientación social que todo esto traerá, aquí paz y después gloria... Ya lo lamentaremos, como hoy lamentamos el alto precio del progreso: la destrucción de la naturaleza. La de la sociedad, a través de la destrucción de la naturaleza humana, ya está en marcha.
MR (Monárquico y Republicano) - España