jueves, 10 de marzo de 2011

Twiblings: todo se vale con tal de «tener» un hijo o el colmo de la desfachatez

Imagine que una mujer de 41 años, que ha logrado muchos éxitos en su vida profesional, decide al fin tener un bebé. Como es comprensible, tiene dificultades, dada su edad.

Imagine que acude entonces a la fecundación in vitro y, como tampoco le funciona, busca una donante de óvulos; su esposo «dona» el esperma y entonces rentan un vientre de una tercera mujer. Imagine que nuestra protagonista no quiere tener sólo un hijo sino dos a la vez (mellizos), así que renta un segundo vientre, fecundan dos óvulos y al final nacen los dos bebés, con cinco días de diferencia.

Ahora pongamos nombres a las personas: ella se llama Melanie Thernstrom, él responde al nombre de Michael Callahan y los dos bebés son Violet y Kieran. No son personajes sacados de una novela de ficción sino seres humanos de carne y hueso originarios de Oregón, Estados Unidos. Su caso ha dado la vuelta al mundo a inicios de 2011 porque nadie supo cómo llamar a este modo de nacimiento: dos mellizos que nacen de vientres distintos, en momentos diferentes. De ahí el «bautizo» de twin (mellizo) y sibling (hermano).


Detrás de estas prácticas no sólo está el egoísmo disimulado de algunas personas que conciben a un hijo como un objeto de consumo más que un sujeto de amor; como un capricho y no como un don. Pero no es eso lo único que se debe considerar al momento de referirnos a este tema.

La industria de la procreación artificial es un negocio multimillonario (véase, por ejemplo, nuestro artículo "Eggsploitation: un documental sobre el negocio de la fecundación artificial") donde las empresas son quienes salen ganando (y en este contexto se comprende que sean las que impulsen y apoyen legislaciones que favorezcan sus prácticas y dediquen no pocos fondos a programas de radio y televisión, a películas y artículos de revistas, para introducir sutilmente una visión aceptable de este tipo de negocio). Piénsese que tan solo en Estados Unidos, según reportes de ace prensa (cf. 03.02.2011), al año nacen entre 30 mil y 60 mil hijos sólo de donantes de esperma.

Por otra parte, no se puede olvidar que el negocio de la fecundación artificial supone la muerte de muchos bebés que no llegan a ser implantados en el vientre de la mujer o que, tal cual, son seleccionados y eliminados por ser «de menor calidad». Eugenesia en pleno siglo XXI.

El caso aludido al comienzo tiene un rasgo que lo ha hecho más polémico: Michael y Melanie decidieron que sus hijos podrían conocer a sus «madres» portadoras y convivir con ellas, si lo desean. Un paso para la crisis de identidad.

A inicios de febrero de 2011, Michael Cook en el portal de Mercator.net informaba que una escritora y profesional de la música, Alana S., había lanzado en San Francisco un proyecto titulado «The Anonymous Us Project»: un portal (http://www.anonymousus.org/) que invita a contar las historias de aquellos que han nacido de un donante anónimo de esperma u óvulos: «No todos los hijos nacidos así estamos bien. Muchos de nosotros queremos hablar sobre nuestro dolor, pero no deseamos exhibirnos ante las cámaras ni pretendemos herir a nuestros padres», dice Alana.

El peligro de ver como normales lo que no deja de ser más que un abuso de la técnica (técnica sin ética) es lo que jamás poder perder de vista.

LinkNewsAgency en Twitter: http://twitter.com/mujicaje.
  1. Dónde queda la voluntad de Dios?
    El problema no es que el mundo esté distorcionado, lo grave es que nuestro mundo es el que tiene el problema, los hijos no son como puntos para pasar al siguiente nivel en un video juego.
    Dios quiera que mucho jóvenes podamos tomar plena conciencia del matrimonio y sepamos que uno de los planes de Dios es que sea Fecundo!

    ResponderEliminar

Los comentarios serán publicados después de una validación manual por parte del administrador del blog. Puede ser que esto haga demorar brevemente la publicación del comentario. Este blog no acepta comentarios insultantes, obscenos, difamaciones o textos no relacionados con el tema de los contenidos. Al ser un blog católico, tampoco admite comentarios contra el Magisterio de la Iglesia. En caso de contener enlaces a portales de dudosa reputación, nos reservamos el derecho de no publicar eventuales post. Conviene poner siempre el nombre de la persona que escribe y el país de procedencia. De ser posible, también el mail (si bien esto último no es estrictamente necesario). Los comentarios anónimos, sobre todo en materia que precisa responsabilidad, no pasan.

Whatsapp Button works on Mobile Device only

Start typing and press Enter to search