
Era previsible que apenas conocerse el nombre del nuevo Papa algunos comenzarían a buscar con lupa en el pasado de la vida del Cardenal Bergoglio para hacerse con el ansiado scoop. La sencillez con que el Papa Francisco se ganó al mundo tras salir al balcón central de la basílica de san Pedro el miércoles 13 de marzo desarmó a cualquiera. Su nombre y estilo se convirtieron en contenido viral en las redes sociales y la gran prensa no tuvo más remedio que admitir el clic entre opinión pública y papado.
Pero la luna de miel duró poco tiempo pues los tradicionales medios anti-católicos (The New York Times, BBC, etc.) pronto ha comenzado a magnificar las voces de la minúscula prensa oportunista, especialmente de la izquierda argentina, que han querido revivir mentiras en torno a una supuesta colaboración del actual Papa con el periodo de la dictadura en Argentina. A propósito de esto, reproduzco la nota oficial de la Sala de Prensa de la Santa Sede desmontando esta nueva mentira. Un acierto más de la comunicación vaticana: cortando de raíz las cosas.
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La campaña contra Jorge Mario Bergoglio es bien conocida y se remonta ya a diversos años. La lleva a cabo una publicación que lanza, a veces. noticias calumniosas y difamatorias. El cariz anticlerical de esta campaña y de otras acusaciones en contra de Bergoglio es notorio y evidente.
La acusación se refiere a la época en que Bergoglio no era todavía obispo, sino Superior de los Jesuitas en Argentina, y a dos sacerdotes que fueron secuestrados y que él no habría protegido.
No ha habido nunca una acusación ni concreta, ni creíble, contra su persona. La Justicia argentina lo interrogó una vez en calidad de persona informada de los hechos, pero no le imputó nunca de nada.
Bergoglio ha negado siempre, de forma documentada, las acusaciones.
Hay numerosas declaraciones que demuestran todo lo que hizo Bergoglio para proteger a muchas personas en la época de la dictadura militar.
También es conocido el papel desempeñado por Bergoglio -una vez obispo- para promover la petición de perdón por parte de la Iglesia en Argentina, por no haber hecho bastante en la época de la dictadura.
Las acusaciones, que proceden de una lectura histórico-sociológica del período dictatorial llevada a cabo desde hace años por ambientes anticlericales para atacar a la Iglesia, deben rechazarse con firmeza.
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En
http://twitter.com/web_pastor hablo de fe y social media, periodismo y tecnologías de la información y de la comunicación aplicadas a la religión.
Estaba claro que saliese quien saliese rápidamente algunos medios comenzarían a intentar sacar noticias falsas para desacreditar al nuevo pontífice, da gusto como la Santa Sede sale al paso y reacciona al instante ante las primeras desscalificaciones, injurias. Un abrazo
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