¿Novedad, broma, forma de presionar? "Alguien" ha puesto en las cercanías de la basílica-catedral de san Juan de Letrán, en Roma, unos pósters pidiendo el voto de los cardenales para el Card. Peter Turkson, de Ghana, Africa, quien durante el pontificado de Benedicto XVI fue presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.
Evidentemente no los puso ni los mandó poner el Cardenal Turkson. Qué oportuna fue la nota de la Secretaría de Estado del pasado 23 de febrero sobre temas relacionados con la presión mediática, y no sólo, que bien aplica para esta situación concreta:
La libertad del Colegio de Cardenales, que tiene la tarea, según establece el derecho, de elegir al Romano Pontífice, siempre ha sido fuertemente defendida por la Santa Sede, como garantía de una decisión que estuviera basada en evaluaciones motivadas únicamente por el bien de la Iglesia.
A través de los siglos, los Cardenales han debido hacer frente a múltiples formas de presión ejercidas sobre los electores individuales y sobre el mismo Colegio y cuyo fin era condicionar su decisiones, doblegándolas a lógicas de tipo político o mundano.
Si en el pasado eran las denominadas potencias, es decir, los Estados los que intentaban hacer valer sus condicionamientos en la elección del Papa, ahora se intenta poner en juego el peso de la opinión pública, a menudo sobre la base de evaluaciones que no reflejan el aspecto típicamente espiritual del momento que la Iglesia está experimentando.
Es deplorable que, a medida que se acerca el inicio del cónclave y los cardenales electores estarán obligados, en conciencia y ante Dios, a expresar con plena libertad su elección, se multiplique la difusión de noticias, a menudo no verificadas o no verificables, o incluso falsas, incluso con graves perjuicios para las personas y las instituciones.
Nunca como en estos momentos, los católicos se centran en lo esencial: rezan por el Papa Benedicto XVI, rezan para que el Espíritu Santo ilumine al Colegio de Cardenales, rezan por el futuro pontífice, confiados en que la suerte de la barca de Pedro está en las manos de Dios.
es el que me ha tocado adoptar¡
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