La revista TIME dio su tradicional portada del año (persona del año 2014) a quienes se entregan en la lucha contra el ébola y, sobre todo, a quienes atienden a los enfermos. En el artículo principal de la edición americana hay referencias a esos héroes que no sólo en los casos de ébola entregan su vida día a día sin esperar nada a cambio: hombres y mujeres de fe entre los que se cuentan miles de misioneros, sacerdotes y monjas católicas.
El ébola ha sido una epidemia en 2014. Han sido sobre todo la Iglesia católica y algunas ONG las que han desplegado su fuerza para tratar de contrarrestar los efectos y la difusión del virus. En el caso de las monjas y misioneros católicos a la ayuda sanitaria va aparejada la cercanía de la fe.
Por tanto, naturalmente estoy de acuerdísimo con esta portada que reconoce, en definitiva, la capacidad de entrega humana. ¿A qué viene entonces lo de la muerte como espectáculo? Gracias a The Objetive di con una foto de ciudadanos de Sierra Leona (país duramente golpeado por el ébola) fotografiando el cadaver de un hombre aparentemente joven muerto en plena calle a causa del virus del que estamos hablando. Es verdad que ya no se puede hacer algo por un muerto pero ¿fotografiarlo y luego subirlo a las redes sociales es lo que se puede o debe hacer?
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Foto de Baz Ratner para Reuters. |
Y la foto me hizo pensar en esa otra de la niña muriéndose también por ébola en el suelo de un hospital africano...
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Foto de Samuel Aranda para New York Times. |
Huelga decir que todos se indignan en las redes sociales ante semejantes situaciones. Sólo los religiosos católicos y algunos otros voluntarios son movidos a no comentar en medios que tal vez no usan sino en el calor humano de personas que tal vez lo último que van a recibir es una muestra de cariño ante de irse de este mundo.
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