A raíz de la publicación de un libro en el que se comenta la obra más famosa del no menos célebre escritor francés Saint-Exupéry (Il Piccolo Principe commentato con la Bibbia, Milano, Àncora, 2015), Silvia Guidi retoma para L´Osservatore Romano un interesante pasajes del libro en el que Antoine habla explícitamente de la fe católica, como éste (la traducción es mía):
He leído un poco de la biblia: qué maravilla, qué simplicidad poderosa de estilo y también qué poesía. Los mandamientos son obras de arte de legislación y sentido común. Dondequiera que las leyes de la moral emergen en su utilidad y belleza: es espléndido. ¿Habéis leído los proverbios de Salomón? ¡Y el Cantar de los cantares qué cosa tan bella! ¡Hay de todo en este libro!
Saint Exupery era masón. El final del relato del Principito alude al suicidio, ya que, según las propias palabras del niño "solo puede regresar a su planeta siendo mordido. Por una sierpe".
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