El ejercicio del periodismo conduce algunas veces a la necesidad de precisar mejor el propio pensamiento cuando en determinadas ocasiones este no ha sido suficientemente claro o puede inducir a interpretaciones que no corresponden a la intención de quien escribe.
A raíz del mi artículo «Sociedades secretas en la Iglesia, personas difamadas y pésimo testimonio cristiano» hubo quien pudo pensar que se trataba de un texto contra Aleteia.org o contra el obispo mencionado en el artículo publicado por esa plataforma (me refiero al artículo «Qué dice la Iglesia sobre la sociedad secreta el Yunque»).
Acerca de lo primero debo subrayar que mi valoración era precisamente del artículo citado y no de la web que lo publicaba. Parecería forzado deducir un ataque en donde, en conciencia, visto lo escrito, debo decir que no lo hay ni siquiera en la intención (no sin razón expresó precisamente en el último párrafo de mi artículo unas líneas de estima a los directivos de Aleteia.org).
Decidí publicar aquel post en virtud de que, como de hecho explicó en el mismo artículo, la persona que firmaba el texto publicado en Aleteia.org me había involucrado a mí poniéndome como parte de esa supuesta sociedad secreta en otro lugar por él gestionado y que estaba como link al final del artículo publicado en Aleteia.org (veo con gusto que al 16.03.2015 mi nombre ya no aparece en esa página wiki a la que estoy aludiendo). Quiero agregar que por esos días una mujer de nombre Beatriz Aguilera estuvo acosándome con mensajes vía Facebook hasta que la denuncié por acoso en esa misma red social. Afortunadamente conservo una captura de pantalla de los mensajes que estuvo enviándome así como el número de la denuncia hecha en Facebook.
Sobre lo segundo, el artículo de Santiago Mata publicado en Aleteia.org se titulaba «¿Qué dice la Iglesia sobre la sociedad secreta el Yunque?». Honestamente no me parece correcto presentar la opinión de un obispo, sea el que sea, como el pensamiento de toda la Iglesia. Puede tratarse de una respetable opinión –como de hecho lo digo– pero no en la línea, extensión o connotación que da el titular.
En los días sucesivos a la publicación del artículo de Aleteia.org el mismo portal publicó una entrevista a uno de los obispos más directamente implicados en este caso, el auxiliar de Getafe (véase «Obispo español: El Yunque existe, y no es bueno para la Iglesia»). Puedo decir que coincido con el principio general expresado en esa entrevista: las sociedades secretas no tienen un lugar en la Iglesia. No puedo decir, como lo sugiere Santiago Mata, porque no me consta, que esa sociedad secreta sea la asociación Hazte Oír ni ninguna otra de las mencionadas. Dado que no soy jurista, no entro en los detalles sobre el valor y connotación que tienen las palabras "veraz", "veracidad" y "verdad" en la legislación española.
Por honestidad intelectual ofrezco el enlace a la entrevista como ofrezco el comunicado que publicó la misma diócesis de Getafe tras la entrevista con el presidente de Hazte Oír y la entrevista que el mismo presidente de Hazte Oír dio a la agencia ACI Prensa tras ese encuentro.
Dicho todo esto, expresando incluso una cortés disculpa a quien pudo haberse sentido ofendido por algo que tal vez pudo quedar mejor expresado, cierro un tema que no resulta de mi interés personal. Mantengo muy claro, no obstante, lo que escribí en mi artículo: «[…] incluso si fuese verdad la información […] mi condición de persona consagrada me invitaba a estarles todavía más cerca pues, como dice el Evangelio, Dios no ha venido a salvar a los justos sino a los pecadores».
Publicar un comentario
Los comentarios serán publicados después de una validación manual por parte del administrador del blog. Puede ser que esto haga demorar brevemente la publicación del comentario. Este blog no acepta comentarios insultantes, obscenos, difamaciones o textos no relacionados con el tema de los contenidos. Al ser un blog católico, tampoco admite comentarios contra el Magisterio de la Iglesia. En caso de contener enlaces a portales de dudosa reputación, nos reservamos el derecho de no publicar eventuales post. Conviene poner siempre el nombre de la persona que escribe y el país de procedencia. De ser posible, también el mail (si bien esto último no es estrictamente necesario). Los comentarios anónimos, sobre todo en materia que precisa responsabilidad, no pasan.