Por décimo quinta ocasión durante su mandato, el preside Hussein Obama salió a dar unas palabras de aliento al país tras un atentado en la Unión Americana. ¿El motivo? El asesinato de medio centenar de personas, la madrugada del domingo 12 de junio en un bar gay, por parte de un joven estadounidense de ascendencia afgana.
Por testimonios referidos tanto por los sobrevivientes como por la policía sabemos que Omar Mateen dijo que cometía el crimen “en nombre de Alá” y se autodefinió “soldado” del así llamado “Estado Islámico”.
Siendo que las víctimas eran en su mayoría personas homosexuales (el bar Pulse es una disco gay en Orlando), de forma oportunista pronto se empezó a aprovechar el lamentable atentado para presentar el suceso como la enésima muestra de homofobia.
El contexto más reciente en los Estados Unidos daba para ello: el presidente Hussein Obama impuso en mayo de 2016 una norma federal que obliga a que las escuelas del país permitan que los niños que se sientan niñas (o viceversa) usen el baño que sus sentimientos “transgéneros” les inspiren. La determinación unilateral de Hussein Obama causó amplia división en la sociedad americana.
Aunque se puede coincidir en que no necesariamente quien profesa el islam es un terrorista, hubo quien olvidó prontamente la religión públicamente profesada por Oman Mateen y viró el dedo acusador a los cristianos, concretamente a los católicos, sugiriendo que los atentados eran una consecuencia de su postura ante la homosexualidad. En México, por ejemplo, la conocida periodista Denisse Dresser puso en su cuenta de Twitter:
Ciertamente no fue la única alusión provocativa.Pregunta del día: ¿Cuál es la diferencia entre postura de Iglesia católica en Mx sobre gays y el atacante en Orlando?— Denise Dresser (@DeniseDresserG) 12 de junio de 2016
Va mensaje para el clero católico y lo que dice sobre gays. La retórica de odio produce acciones de odio #Orlando https://t.co/WJDPFtzb11— Denise Dresser (@DeniseDresserG) 12 de junio de 2016
Aquí pensando en #Orlando, la comunidad gay, la Iglesia católica mexicana, ustedes, nosotros, yo. pic.twitter.com/qS5RAgjUYe— Denise Dresser (@DeniseDresserG) 12 de junio de 2016
En España la cadena pública TVE (Televisión Española) cerró el reportaje sobre la matanza en el bar gay de Orlando con una imagen de una persona con un rifle apuntando a un gay y desde el que sale un crucifijo. ¿Qué tiene que ver un crucifijo con un atentado perpetrado por una persona con una confesionalidad particular, identificable y concreta?
Los avances en las investigaciones que ha realizado la policía americana han evidenciado, sin embargo, que el asesino resultó ser un cliente del club. Omar Mateen incluso utilizaba “apps” para citas gays como Jack'd y Grindr y Adam4Adam (véase “Vínculos de Omar Mateen con el entorno gay dan un nuevo giro a la investigación”, Univisión 14.06.2016) y Sitora Yusufiy, ex esposa del asesino de Orlando, ya refirió a una cadena brasileña que el FBI le pidió no declarar a cadenas estadounidenses que su ex esposo era gay (véase “Exclusivo: SBT Brasil entrevista ex-mulher do autor do massacre em Orlando”, 13.06.2016; y en español: “El FBI pide a la exmujer de Omar Mateen que no revele la posible homosexualidad del atacante”, 18.06.2016).
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Omar Mateen, el asesino de Orlando. |
Al día de hoy escasamente se ha planteado el asunto como lo que parece ser: una cuestión netamente gay, tanto en sus consecuencias como en sus causas. Tal vez porque resulta más cómodo (y mediáticamente más conveniente) lanzar piedras a la Iglesia que ver las cosas como son. Después de todo, no es muy popular ni te da mucha publicidad decir que un gay mató a gays. Aunque sí redimensiona el asunto.
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